En España somos muy de refranero popular, por aquéllo tan cañí del apego a las raíces de nuestras familias, tan de campo casi todas… La sabiduría rural y castiza nos regaló perlas como «De hombres es errar y de bestias porfiar», o el manido «quien tiene boca se equivoca».
Pero no sólo de refranes vive el hombre. Sobre el error también se han pronunciado las mentes más preclaras de la Historia, para recordarnos que equivocarse es humano, bien por defecto o por exceso, bien de forma no intencionada o a mala fe.
Valga el ejemplo de Confucio, con su “El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.” O Cicerón, en su célebre «Errare Humanum Est», cuya sentencia completa, en Román Paladino se traduce como «Equivocarse es humano, pero sólo los estúpidos perseveran en el error».
El paso de gigante que convierte a un humano errado en un adulto responsable e íntegro es el hecho de rectificar, aun a riesgo de quedar como Cagancho en Almagro, y no persistir en el error de forma bravucona y cerril como aquel maño de la película «Nobleza Baturra» que, sin darse por enterado de los silbidos del tren que amenaza con arrollarlo, le espeta «chufla, chufla, que como no te apartes tú».
Por ello, porque todos tenemos derecho a equivocarnos, o a que otros nos empujen al error, normalmente superiores jerárquicos, responsables políticos o quienquiera que sea, queremos apelar, compañeros de los Tribunales de todas las categorías, a vuestro sentido común, tan paralelo siempre al de la dignidad y de la justicia, para rectificar, rehacer las cosas estrictamente como las bases de la OPE 2015 claramente dictaminan, y ajustaros a derecho para que en todas las convocatorias de este concurso-oposición imperen, de verdad, los criterios de igualdad, mérito y capacidad.
Los tribunales de Técnico Superior Especialista en Anatomía Patológica, Técnico Superior Especialista en Medicina Nuclear y
Facultativo de Medicina Interna han optado por seguir de forma fiel y ajustada las bases de la convocatoria. No parece, pues, tan difícil. No es una heroicidad sólo al alcance de unos pocos espíritus intrépidos. Es algo tan sencillo, y a la vez tan importante, como HACER LO CORRECTO, sin miedo a que nadie te pueda abroncar precisamente porque estás del lado de la razón. La obediencia debida, en este caso, no exime de responsabilidad. Que las órdenes vengan «de arriba» no os legitiman, queridos compañeros del Tribunal, para pisotear el trabajo y el sacrificio de cientos de personas que han superado gracias a horas de estudio, dedicación, incertidumbre y, por qué no decirlo, esfuerzo económico (no olvidéis que muchos dejan trabajos para disponer de tiempo), el examen de marras cuya calificación ahora reinterpretáis por razones oscuras que se nos escapan.
No tenéis, pues, compañeros del Tribunal, que dejaros arrastrar por una decisión política, o por la costumbre del «siempre se ha hecho así». ¿Hasta qué punto alguien, por muy pez gordo que parezca, puede obligaros a cambiar las bases de un concurso a su antojo o conveniencia?
Está en vuestra mano plegar velas, dar la vuelta y volver a puerto que, como compañeros de viaje que somos todos, os esperaremos con el refrán «Humano es errar, divino el perdonar», y así evitar convertiros en parte del problema que ya señalaba el gran Groucho cuando sentenció : «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados».
Foto: «buzón de correos», de jlmaral (Flickr)
OPE SERMAS 2015 - Plataforma de afectados 